En la industria cárnica, a menudo mortífera, las poderosas empresas procesadoras de alimentos llevan décadas obligando a sus empleados a realizar trabajos de ritmo rápido, mal pagados y con un acceso inadecuado a permisos retribuidos. Los trabajadores del sector cárnico trabajan en fábricas plagadas de enfermedades transmitidas por los animales, maquinaria peligrosa y prácticas abusivas con una supervisión mínima. La pandemia de COVID-19 agravó especialmente estos problemas, ya que los trabajadores de muchas plantas se han visto atrapados en líneas de producción de alta velocidad, hombro con hombro con sus compañeros. Los reguladores gubernamentales a nivel estatal y federal tienen un historial de aplicación de la normativa muy desigual, lo que deja a los trabajadores atrapados en un entorno laboral que pone en peligro sus vidas.
¿Qué puede hacer Towards Justice para ayudar?
Towards Justice aconseja a los trabajadores que se enfrentan a estos retos.
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